jueves, 13 de mayo de 2010

El problema es la solución.

Dos semanas después de aquel altercado, recibió en casa la visita del palabrero. La prioridad en aquel momento era solucionar el conflicto en el que se había visto involucrado. Aquella noche en medio de tragos y junto algunos amigos, agredió a uno de sus acompañantes, dejándolo gravemente herido. Nadie recuerda con exactitud porque terminaron las cosas en ese punto, puesto que todos los presentes se encontraban en alto grado de alicoramiento.

Su nombre Carlos, alto, acuerpado y moreno de unos 30 años, e indígena wayuu. En ésta comunidad, por tradición quien resuelve los problemas familiares e intrafamiliares es el palabrero, al que algunos comparan con un abogado para los alijuna (no wayuu), el palabrero no es más que aquella persona que interviene por una de las partes implicadas y que busca que ambos lados superen el inconveniente presentado. En su condición de conocedor de la ley wayuu.

Lo único que se ha tejido de aquella noche se debe a los escuetos testimonios de los presentes, quienes recrean el hecho en la plaza de Uribia. Ya había pasado la media noche. Estaban en una cantina solitaria, al igual que la plaza en ese momento, la música provenía de un equipo de sonido agotado. Del grupo dos estaban a punto de dejar caer su cabeza sobre el pecho. Eran siete, Carlos se levantó de su silla, se dirigió hacia al frente, arrastrando sus pies sobre el piso de cemento. Fue en busca de la botella de old parr, Marcos era quien sostenía la botella, lo hacía como podía, pero lo que tenía bien claro, era que no quería entregarla.

La familia de Marcos (parte afectada) busca un palabrero, en el que confía plenamente, cómo para dejar en sus manos un problema con éste. Lo mandan a buscar y éste llega a la casa de la familia, quien afronta la situación es el tío materno, por ser de la parte húmeda, (lado materno), así que es quien responde o da la cara en medio de un problema. La situación fue comentada al palabrero, quien exigió un testigo locuaz de la situación, para fortuna, sí había uno, el cantinero, pero sólo presenció desde el momento en que Carlos pedía la botella.

“Ellos forcejearon, el muchacho no soltaba la botella y el otro se molesto rapidito”.
Carlos se fue encima de Marcos, ambos cayeron al piso. La botella se partió, pedazos de vidrio se incrustaron en la mano de Marcos, quien aún con fuerza sostenía en su mano lo que quedaba de la botella, a lo mejor ni siquiera era consciente de que estaba partida. Su fuerza sólo estaba en su mano, era mucho más delgado y bajo que Carlos así que tenía las de perder.

Un pedazo mediano de vidrio estaba en punta sobre el piso y justo hasta ese espacio Carlos llevó la cabeza de Marcos. El día después del problema Carlos se encontraba asustado, no quería que su familia se enterara, pero como todo pueblo pequeño, las historias se pasean por las calles, sin encontrar peaje alguno.
A las dos semanas llegó el palabrero a casa de Carlos. – Buenas, yo vengo de parte de la familia de Marcos y vengo a traer la palabra, ¿está el tío de Carlos? –
- Sí, ya se lo llamo, contesto Yilisam, prima de Carlos-.

Se reunieron en el patio, el palabrero le contó al tío de Carlos, la situación vivida por la familia de Marcos y lo que ellos estaban pidiendo para arreglar el problema. Acá el problema es la solución al mismo, en la medida que la situación determina el pago y la manera como se aborde por el palabrero. En total 15 chivos, un collar y dos millones de pesos. Los chivos son los animales del territorio, comida. Los collares representan una joya que cobra mucha relevancia en estas personas y debe ser hecho por la misma familia y el dinero cubre los gastos que la familia invirtió en el herido.

El momento en que cada familia se reúne para acordar el pago de lo exigido y mientras se trabaja para conseguirlo, es equivalente al dolor que puede sentir un alijuna (no wayuu), si cae preso. Para los wayuú no es cuestión de darle un valor económico a cada incidente, acá lo que vale es el hecho de desprenderse de algo que tiene valor para cada familia. En caso tal que la familia del agresor no éste de acuerdo con el monto, el palabrero interviene y plantea situaciones, aludiendo a su carácter de responsabilidad, justicia e interés por llegar a un acuerdo entre las partes, persuade, convence, raciona y busca insistentemente llegar a un consenso.

Después de llegar al acuerdo del monto, se fija la fecha, la cual varía dependiendo de la cantidad, puede ir de semanas, meses o años. Acá lo que vale es el valor de la palabra, en el sentido que ésta adquiere un valor de compromiso, y si existe uno de realizar un pago en determinado momento, la familia está en la obligación de cancelarlo, de lo contrario perderá la autoridad moral en la comunidad para reclamar si llega a verse afectada en otra ocasión.

Todo el proceso de significados, el ir, llevar la palabra, el acuerdo y el pago, cobran fuerza en el sentido que a través de la figura del palabrero, se toman de la mano para dejar de lado un problema, aquellos que pueden ir desde muertos, violaciones, robos y agresiones. El diálogo o la palabra en todo su esplendor a través del palabrero, hombre que trabaja la palabra toma la forma de fuerza conciliadora, para que así la idea de paz y tranquilidad ronde en los wayuu.


Sara Hernández C.

miércoles, 12 de mayo de 2010

UNA HISTORIA DIFERENTE

“Cuando veo a los niños que piden plata me dan ganas de darles una casa y alimento” Eso dice Andrea mientras mira a unos niños jugar en la esquina, ella es una mujer con una belleza grandísima, incomparable. Cuando camina por las calles todo mundo la observa, muchos buses le paran y los conductores se la quedan viendo, y cuando las personas la conocen se quedan asombrados con su forma de ser, ya que es una persona muy colaboradora, ama a lo animales y siempre esta sonriendo. Andrea siempre viste de jeans y camisas, con el pelo largo y sin maquillarse, debe ser por que ella no necesita eso. Todos los días sale a entregar su calidez, ella trabaja en una fundación para niños discapacitados.

Andrea cuenta que sólo piensa en todas esas personas a quienes ella ayuda y que se ha propuesto dejar de ser parte de aquel grupo que se preocupan por sí mismos para unirse a ese pequeño grupo del que esta completamente apegada, el que se preocupa por los demás. Ella dice que antes era una de las que se preocupaba por si misma, no le importaban las personas que la rodeaban. Se preguntaran ¿pero que fue lo que la hizo cambiar?

“El cambio fue muy doloroso” es lo que responde a esa pregunta. “Hace alrededor de 10 años cuando era una de las personas mas bonitas de soledad, vivía con mi novio pretendíamos casarnos pero un día íbamos en la moto cuando nos estrellamos él se accidentó y yo perdí una pierna, y como puedes ver, se me desfiguró la cara” Una sonrisa se posa sobre sus labios y continua diciendo: “Desde ese momento en que quede discapacitada me he dado cuenta como se vuelve la vida para todas aquellas personas que por accidentes o por nacimiento pierden una extremidad, y desde entonces me he dedicado a ayudar a niños con estas discapacidades”.

Así, por estos infortunios la gente detiene su andar, la observa y a hasta la ayudan como ayudarían a una de las mujeres mas bellas de barranquilla, solo con la triste diferencia de que Andrea ha dejado de ser esa mujer tan físicamente hermosa. Aún así cuando logras conocerla como lo logré hacer mientras pude hablar con ella puedes caer en la cuenta de que las personas no todas son bellas por lucir de esa manera en su exterior, muchas veces la belleza toma otra forma, así como la belleza de Andrea que irradia desde su interior y por la que hoy en día ya tiene un hogar, con un esposo trabajador y dos niños uno de 4 años y otro de 2, un hogar feliz como ningún otro. Gabriel Jaime Quintero

martes, 11 de mayo de 2010

La belleza no es simple vanidad

Por: Andrea Vivero

Son las 7:30 p.m. y el maquillaje de un día entero de trabajo se mantiene intacto, los ojos brillan del sueño y un bostezo interrumpe la monotonía. La tasa de café todavía esta tibia y un sorbo es el impulso de un día que todavía no se termina. Entra una mujer con tallo largo y un uniforme blanco que le quedaba estrecho en la cintura. “¿Quien sigue doctora?” – dice esta eficiente mujer que cumple el papel de secretaria, quien con un porte distinto a quien mencionamos primero todavía retrata la vanidad que toda mujer lleva por dentro. “Que siga Juliana Vives por favor…” vuelve y toma un sorbo de café, bosteza y se rasca los ojos como reflejo de todo ese cansancio que ha sido acumulado por un largo y fuerte día de trabajo. El lápiz se riega. Lo nota por una pequeña mancha negra en sus dedos y con el reflejo del computador se limpia.

Tocan a la puerta, “pase” responde la doctora y un pequeño cuerpo asoma su cabeza por el marco de la puerta, cachetes rosados, grandes ojos y una sonrisa que dejaba ver los dos dientes que faltaban. La pequeña niña sigue y un suspiro de ternura interrumpe el silencio. “Mami, mami ¿puedo jugar?” se para inmediatamente y su atención se pierde en el gran y peludo oso de peluche que refleja la personalidad de esta pequeña criatura. ¿Usted es la madre? – pregunta la doctora, ¿si soy yo, que se le hace raro?, la doctora la mira de pies a cabeza, falda corta, camisa escotada, cabello largo y mucho maquillaje en sus mejillas… “no nada, solo que yo también lo soy y no me veo así… de joven por supuesto” risas irónicas tornaron el ambiente un tanto tenso pero la consulta abrió la conversación a un campo más profesional. ¿Cuénteme que comportamientos presenta la niña?, la mujer hablaba y le contaba los problemas de la pequeña, comportamientos en el colegio, actitudes con sus compañeros, pataletas en la casa y un sin número de razones por las cuales aunque suenen extrañas se encontraba ese día visitándola en la consulta. La boca solo se abría y cerraba y el maquillaje pareciera que estuviese tatuado en su cara, las pestañas no se movían y el lápiz labial rojo intenso distraía la atención. Los golpes del lapicero parecían el refugio a tan escandalosa figura, “perdón, ¿Cuántos años tiene la niña? Inquieta, pregunta. ¿Qué tan joven cree que soy? La doctora se asombra por la respuesta de la madre de su pacientica y un con una sonrisa fingida da a entender no interesarle sino que es necesaria para comprender su sintomatología, la madre suelta una carcajada y disimula su indirecta a tantas miradas… pide un baño y se levanta con la falda casi encima de la espalda.

La pequeña agachada sigue con la mirada el voluptuoso cuerpo de su madre, enseguida mira a la doctora y sonríe. ¿Cuántos años tiene tu mami? Pregunta y aprovecha para saciar su curiosidad, “no lo sé, nunca le he preguntado” al rato, la mujer de grandes pechos sale del baño, se sienta, acomoda su cabello y prosigue. La doctora pareciera aún no escuchar, la intriga la mataba y no podía emitir ningún tipo de diagnostico.

Después de un rato a la madre pareciera que se le requebrara la voz. Se detuvo un instante, seguramente porque ella si era consciente de lo que le atormentaba a su hija, no era un déficit de atención y mucho menos un caso de hiperactividad, lo que su “chiquita” como ella la solía nombrar tenia, era el reflejo de lo que en su casa veía…

Más tarde no pudo evitar soltar el llanto y la doctora sin saber que hacer solo le pasó un pedazo de pañuelo que le había sobrado de una gripa pasada. Preguntó que le sucedía, pero la madre solo sollozaba, la pequeña corrió a sus brazos y la abrazó fuertemente. El maquillaje empezó a correrse, los pómulos se tornaron verdosos y las sombras dejaron a la luz lo que tras ellas se escondían, la mujer bajó a la niña de sus piernas y la mando a jugar fuera del consultorio, al parecer toda esa belleza era una simple fachada, todos los problemas estaban ligados a ella, a una historia donde la belleza solo es un lugar donde esconderse.

lunes, 10 de mayo de 2010

Cronica



Una imagen distorsionada

Por: Daniella Meneses





Mírala como camina con ese vestido, no tiene grasa, no tiene barriga, las piernas flacas, todo el cuerpo en su puesto. Todos los hombres la voltean a mirar y quedan hipnotizados. En cambio yo, se me mueve todo, mi barriga es enorme, , la ropa no me queda y esto me quita las ganas de ir a la universidad. Además, si me voltea a mirar alguien es sólo por burla. Al lado de mis amigas me siento como un elefante. La otra vez un estudiante de la universidad me hizo pasar pena enfrente de mis amigos porque se refirió a mí como un puerquito de alcancía. Me sentí totalmente humillada, todos se rieron de mí.

Es que no entienden, no saben lo que es para mí cambiarme enfrente de un espejo, ponerme la ropa y sentir que nada se me ve bien. En mi casa me viven diciendo que estoy muy gorda, mi novio de 4 años me dejó porque el logró adelgazarse y yo seguí gorda. Soy una persona que trasmito alegría, me río todo el día, soy buena amiga, y me gusta hacer a los otros reír. Por eso todos piensan que soy feliz siendo gorda, pero cuando llego a mi casa me deprimo, hay veces que no puedo parar de llorar. Cuando salgo a la calle, las que llaman la atención son mis amigas, los hombres las invitan a bailar en las discotecas, en cambio yo me tengo que sentar a verlas, o si no me voy para el baño a pasar el tiempo.

Barranquilla, al igual que en muchas partes del mundo la belleza tiene unos parámetros establecidos por los medios de comunicación. Estos, son los que se encargan de vendernos un concepto de belleza que muy pocas personas nacen teniendo. Por esto, las cirugías plásticas, los tratamiento estéticos, las dietas, el gimnasio, etc., han tenido tanto éxito. Porque los hombres, y sobretodo las mujeres tratan todo lo posible para poder acercarse así sea un poco a esta imagen de gente perfecta. Las mujeres nunca están satisfechas con lo que tienen, siempre hay algo que falta para que se puedan sentirse tan flacas como las ‘top models` que salen en las revistas y en la televisión. Tanto es así, que en muchas partes del mundo existen realities en donde las mujeres compiten por llegar a ser modelos, lo que implica que estas deben parecerse a lo que se espera de una mujer en la pasarela.

Hoy hable con mi papá sobre la operación, llevo un año pidiéndole que por favor considere ayudarme económicamente para tener la oportunidad de que me hagan la reducción del estómago. No es un procedimiento fácil, pero los resultados cambiarían mi vida totalmente. He visto a muchas personas que han tenido cambios drásticos, y que más daría yo que poder adelgazarme unos 40 kilos. Sería un sueño hecho realidad.

La cantidad de personas que se realizan la operación de sleeve gástrico o manga gástrica, sigue incrementando, en esta operación no sólo les recortan el estómago si no que también les quitan la glándula que produce la ansiedad. Pero el afán de las mujeres de llegar a pesar esos 50 ó 55 kilos que pesan las modelos se hace cada vez mas evidente. Quieren tener esa silueta perfecta que los medios tanto promocionan y los hombres tanto admiran. Pero el problema no es sólo que se someten a procedimientos peligrosos, si no que muchas veces esta necesidad por querer verse mejor, las puede llegar a conducir a la muerte.

Tengo solución. No seré una gorda el resto de mi vida. Mi papá me va a ayudar a conseguirme el sleeve gástrico por medio de una tutela. Primero tendré que consultar con varios especialistas para que me den sus testimonios y me apoyen en el procedimiento. Iré donde una psiquiatra, que además de recetarme pastillas para la depresión, afirmará que lo único que me sacará de esta depresión es la operación. Un nutricionista dirá que sufro de una obesidad mórbida de segundo grado y que mi único remedio es la manga gástrica para poder mejorar mi salud. Siento una enorme emoción en todo mi cuerpo. Se que no puedo ilusionarme mucho porque todo depende de lo que me respondan de la tutela. Pero no puedo dejar de pensar en cómo será ser flaca. Sentir que los hombres me miran, que la ropa me queda, y no sólo la que ya tengo, si no que pueda comprar ropa nueva sin tener la preocupación de que de pronto no va a haber algo en XL, o poder prestarme con amigas, ya que ninguna es mi talla ahora mismo. Tengo muchas ganas de despertarme y sentirme delgada, verme en el espejo y emocionarme, sentirme bonita.

Los gustos de los hombres de diferentes países pueden variar, algunos prefieren las rubias, otros las trigueñas, otros el estilo latino, ó el árabe, ó las morenas. El hecho es que a pesar de todos estos distintos estilos de mujeres sigue existiendo un molde. Hasta los años 90 se veían en los medios a mujeres saludables, con curvas, eran mujeres más reales. Pero después todo cambio, ahora el prototipo de mujer es una esquelética, sin curvas, andrógina, ya que ni senos tienen. Esta imagen se ha intentado cambiar, de hecho hay varias campañas publicitarias que empezaron a mostrar mujeres comunes y están tratando de promover un estilo de vida más saludable. Pero todavía queda un camino muy largo por recorrer.

Lo logré. Me siento nueva, hace 2 semanas me operé y ya me he adelgazado 12 kilos. Hay algunas personas que me los han notado, otro no. Yo sí me los noto, me queda ropa que antes no me podía poner. No puedo comer si no sopa, jugos, o té helado, y esto ha hecho que me desmaye varias veces. Pero no me importa, de ahora en adelante todo será distinto, no se burlarán de mí. Me faltan 25 kilos más, pero ya comencé, ya puedo tener mi cabeza en alto.

domingo, 9 de mayo de 2010

El fútbol es belleza

Para el famoso portal en internet Wikipedia la belleza es “una característica de un ente real, imaginario o ideal cuya percepción constituye una experiencia de placer, revelación de significado, o satisfacción”. Por otro lado, para la Real Academia Española significa: “Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas. Por lo tanto, ¿este concepto se puede aplicar en el ámbito futbolístico? Al observar imágenes de Maradona, Pelé, Baggio, Valdano o Di Stefano, o cuando disfrutamos viendo que un jugador pasa el balón entre las piernas de su rival -el popular caño-, o un gol de tiro libre cobrado a tres dedos -que hace que la pelota vaya por afuera de la barrera dándole mayor exquisitez al cobro-, eso deleita y llena de placer a cualquier amante del deporte más famoso del mundo. Y compartiendo los significados mencionados, se llega a la conclusión que, en gran parte, el fútbol sí se puede considerar bello.

Hay innumerables jugadas que son expresiones de belleza como la “volea”, la “chilena”, el “escorpión” -que hizo famoso al arquero René Higuita-, el gol olímpico, la media distancia, un buen cabezazo, la jugada de laboratorio, el gol prefabricado y otras más.

En muchas ocasiones los espectadores que van al estadio se pueden ir felices sólo por un golazo que haya convertido su equipo sin importar el nivel futbolístico que haya mostrado, y es lo que conlleva a la frase tan conocida en los estadios: “ese gol pagó la boleta”. Hay partidos muy “flojos” pero con un caño sin importar de cuál equipo, genera murmullos resaltando al jugador que lo anotó.

Al momento de cobrar un tiro libre frente al arco rival se espera que el balón pase por encima de la barrera, que el arquero se tire, pero que no alcance a tocarla y entre justo en el ángulo, para darle ese toque de belleza que a muchos le gusta.

¿Quién no se deleitó con el gol de Maradona frente a Inglaterra en el Mundial 86, en el que con sus gambetas dejó atrás a más de cuatro jugadores contrarios? Ese gol es un claro ejemplo de belleza, al ver cómo una persona con una pelota pegada al pie puede recorrer toda la cancha eludiendo rivales como si fuera algo tan sencillo y luego anotar un gol de antología que quedó marcado en la historia del fútbol. Muchos se erizarán al recordar esos momentos gloriosos que muy pocos se ven en la actualidad.

Pero no todo son “caños”, goles de media distancia, de tiro libre ni goles olímpicos. Hay una serie de jugadas coordinadas entre sí, de diez toques de balón entre los jugadores de un mismo equipo, que enciende las tribunas el grito de olé, causando entre los hinchas una gran emoción por el espectáculo brindado y la humillación del equipo contrario.

Las mujeres también se deleitan con el fútbol, no sólo en la parte técnica del juego sino por la apariencia física de los jugadores. Las que observan los partidos van más allá de los goles y ven a jugadores como Kaka, Cristiano Ronaldo, David Beckham entre sus favoritos por su belleza física, los apoyan cada vez que juegan sin hinchar para ningún equipo. Ante tanto fanatismo que provocan los jugadores en las mujeres, las empresas comerciales recurren a ellos para realizar propagandas y que la imagen de sus productos seas esta clase de jugadores.

En el fútbol de hoy son pocos los equipos que brindan el espectáculo que hace deleitar a más de uno, todo por el juego fuerte y planteamientos ultra-defensivos de los entrenadores. Además, los jugadores de grandes condiciones técnicas tienen que cumplir funciones defensivas lo que ocasiona que se desgasten físicamente y al momento de tener la pelota no rindan como los aficionados esperan. Otro factor que ha llevado que la belleza del fútbol se opaque es la desaparición del clásico “10”. Grandes figuras como Carlos “El Pibe” Valderrama, Enzo Francescoli, Zinedine Zidane, entre otros, eran los encargados de generar ese “jogo bonito”. Pero en los equipos de ahora son muy pocos lo que usan el volante creativo, porque prefieren jugar con tres delanteros, o la famosa doble línea de 4, que es la más usada, y por ende los “10” está desapareciendo. Son pocos jugadores en esa posición. Encontramos, al brasilero Kaká; en Argentina, Juan Román Riquelme; Mcnelly Torres en Colombia. En Europa esa clase de volantes es escasa, desde Roberto Baggio en Italia encontramos una figura parecida en Francesco Totti y es muy difícil otro jugador de esas características.

Sin embargo, aún se disfruta, un gol de tiro libre, de una consecución de pases, un caño y pare de contar.

A los jóvenes de hoy sólo les queda ver esas pocas gambetas del fútbol de hoy y ver en los archivos esas imágenes que los señores le reclaman al nuevo fútbol.

Jaime De la Hoz

viernes, 7 de mayo de 2010

Estefanía Coronado Guzmán.
…Vivir en un sueño…
Entre sol, playa, brisa y arena, todo ante nuestros ojos es simplemente genial. La claridad del día, nos hace sentir relajados, tan dueños del mundo, que hasta se nos olvidan nuestros compromisos, preocupaciones y demás cosas que hacen que nuestro diario vivir se torne más complejo, cohibiéndonos de disfrutar los verdaderos placeres de la vida.
Como dice la canción “En el mar la vida es más sabrosa, en el mar te quiero mucho más” y es que parece que en el mar, los conflictos desaparecen o por lo menos se hacen más livianos, las malas energías se liberan y nuestra sonrisa sale a relucir ante la mirada de los demás. La mirada también cambia, brilla más y cada parpadeo se vuelve un reto, pues no queremos dejar de admirar la realidad que estamos viviendo.
Todas éstas sensaciones se viven frente a un hermoso paisaje, con un clima cálido como lo tiene San Andrés y Providencia, a veces me pregunto, ¿Cómo un Colombiano, puede conocer un lugar internacional, antes de haber conocido su propia tierra? Raro, pero cierto; mucha gente prefiere salir a conocer otros lugares, teniendo a dos horas de vuelo, un paraíso.
Un mar de siete colores cristalinos, palmeras a todo dar, arquitecturas coloridas, exquisita gastronomía y un ambiente al son del Caribe Colombiano, son pequeñas características de las Islas de San Andrés y Providencia, sumándole la excelente atención de su gente.
Mientras pasas esos días de ensueño en las Islas de San Andrés, no necesitas más que un traje de baño y ganas de gozar, de resto todo te lo brinda la hermosa madre tierra, esa a la qué a diario maltratamos con nuestras manos y que ahora se está cobrando uno a uno nuestros malos actos. Por ahora, sólo nos queda disfrutar de lo que aún tenemos, porque probablemente, nuestras próximas generaciones, no podrán hacerlo y seremos nosotros quienes tendremos que contarles cómo eran los lugares exóticos antes.
Si te gusta la tranquilidad, sentir que vives en un mundo irreal o simplemente quieres salir de la rutina y despejar la mente, sanamente, es una buena opción salir del lugar de dónde vives. En el 2005, mi familia y yo, visitamos éstas islas y realmente, los lazos de amistad se hicieron más fuertes, mejoraron las relaciones y aquellas tensiones que existían, fueron cortadas de raíz.
“Esto es cómo volver a empezar una vida, siento los músculos relajados y tengo paz interior”, dice mi madre, Jacqueline. Los días pasan rápidos, pero las emociones son duraderas y el recuerdo infinito. Al final, lo que queda es una serenidad y en la mente imágenes que no se podrán borrar, es algo con lo que vivirás para toda tu vida.
El arte también está presente en éste rincón colombiano, por las noches en algunos hoteles de la Isla, realizan shows familiares de danzas, obras de teatro, chistes y demás actividades que recrean el ambiente y lo hacen cada vez más emocionante. Saber que esa gente, prepara un show cada noche para ti, es magnífico porque sientes que tú visita es importante, y que ellos la valoran y dan lo mejor de sí, para que nosotros también los tengamos en nuestro recuerdo.
Cuando estamos en éste lugar, queremos alargar las horas, “Ojalá el día durara más, para contemplar más la belleza de la claridad y la transparencia del agua”, dice mi hermana Grace, recordando aquellas vacaciones en San Andrés. También recuerda que, el día que teníamos que retornar, sus pies no querían dar un paso hacia el taxi, que nos dirigía al aeropuerto.
Al despertar, las mañanas no son iguales a las demás, allá te levantas con ánimos de salir a ver con que te vas a encontrar hoy, que cosas vas a conocer. El sol, ilumina suavemente tu habitación y te impulsa a salir a probar ese delicioso desayuno que a diario el San Andresano brinda. Ese bello lugar, se hace recordar con cualquier mínimo detalle.
Por otro lado, encontramos también el ambiente nocturno, la música reggae es la que más de destaca, pero todo se vale, ya que estamos saliendo de la rutina, ¿Por qué no escuchar algo de música diferente a la que estamos acostumbrados a oír? Resulta atractivo, dejar a un lado el acordeón o el bum bum del reggaetón, para escuchar algo de Bob Marley. Seguramente para algunos, ésta música les recordará otros tiempos, por ejemplo a mi papá, quién dice “Me siento en otra época, en la hippie”; pues es común que cuando entres a un bar de San Andrés, te den la bienvenida con un sombrero de rastas y una simulación de un tabaco de marihuana.
Experiencias que nunca se olvidan y que en cada viaje cambian las emociones y nacen nuevas anécdotas para contar, uno no se cansa de admirar cuan bella es la naturaleza y la impresión que causa en nosotros. Por eso debemos cuidarla, a ver si nuestros nietos o bisnietos, alcanzan a sentir algo de lo que sentimos nosotros en ésta experiencia de viaje.

jueves, 6 de mayo de 2010

Viéndolo con mis ojos…
Melissa Díaz Iglesias

Hace poco menos de un mes, una muy buena amiga mía me dio una noticia que la tenía muy feliz: “me voy a poner tetas”, me dijo emocionada. Yo más que feliz por ella, me encontraba bastante extrañada, la verdad es que siempre me ha parecido que si yo tuviera el busto como ella, no viviera preocupada por la escasez que sí es obvia en esta área de mi cuerpo. Después de pedirle explicaciones al respecto, opte por tragarme mis celos y felicitarla tan emocionada como lo estaba ella por la noticia.

Desde ese momento, empezamos a contar los días que faltaban para el gran acontecimiento. “Me voy a ver divina”, me decía Carolina cada vez que tocábamos el tema. Pero la verdad es que por más que habláramos y nos imagináramos como se vería una vez operada, hasta ahora no entiendo la razón por la cual ella no pensara que estaba bien como estaba. Sus pechos, a mi parecer eran de un tamaño aceptable: no eran grandes, pero por lo menos no parecía una tabla, ni necesitaba gran esfuerzo y brasieres con relleno para que se le vieran bien con un escote. Pero bueno, la belleza depende del ojo del que la mira, eso era lo que me repetía mi abuela cada vez que me escuchaba quejarme por no tener pechos más grandes.

A pesar de mi asombro al escuchar la noticia que me dio mi amiga, en realidad no me extraña su decisión: el 90% de las jóvenes entre los 15 y 17 años desean cambiar por lo menos un aspecto de su apariencia física. Y viviendo en una sociedad en donde somos constantemente bombardeados por avisos publicitarios y campañas mediáticas, que no hacen más que mostrarnos la imagen de lo que se supone es la mujer perfecta: esbeltas, cabellera larga, figuras contorneadas y sonrisa deslumbrante; no es raro que Carolina, yo y muchas otras jóvenes barranquilleras, hagamos parte de ese 90%.

No sé porqué, pero desde que me enteré de la operación de Carolina, es como si todos a mí alrededor hicieran lo mismo que ella. Y de hecho no estoy muy lejos de la realidad. A las dos semanas de la cirugía, fui con ella a uno de los post-operatorios y mientras esperábamos turno en una grande e impecablemente blanca sala de espera, veía como un desfile de niñitas se paseaban por el lugar con vendas en la nariz, caminando encorvadas para no estirar el pecho y sentándose en lo que parecían flotadores para no maltratarse su operación.

En frente mío una joven como de unos 20 años, hablaba y hablaba de las cirugías que a su corta edad ya se había practicado. Tenía el pelo castaño, las piernas cruzadas dejaban ver sus largas piernas, la nariz respingada parecía cortada con las tijeras que mi abuela usa cuando borda sus cuadros de punto en cruz.

-La primera vez que me operé la nariz, estaba que me moría del miedo. Ya después uno se acostumbra. Mira como me quedaron las tetas, ¡divinas! Es que la belleza tiene precio.

¿La primera vez que me operé?, pensé. ¿Cuántas veces se ha operado?, con razón tiene la nariz tan perfecta, con dos operaciones el colmo si no.
La mamá, se retorcía de la risa con una mueca que creo yo era causada por los litros de botox que debía tener encima. El busto le salía casi disparado de un escote tan largo que me ponía nerviosa, uno nunca sabe que de tantas risas la blusa no pudiera controlar sus enormes protuberancias. La nariz, los labios, los pómulos, las cejas, todo en su cara la hacía parecer un maniquí defectuoso. ¿Cuántas veces se habrá operado ella?, pensé. No me cabe en la cabeza como puede sentirse hermosa esa mujer. Gracias a Dios Carolina pasó al segundo piso del consultorio y pude dejar de ver semejante espectáculo.

A pesar de haberme ido del lugar, no podía dejar de pensar en la niña nariz perfecta y su mamá el maniquí defectuoso. Yo nunca he estado en contra de las cirugías plásticas, por el contrario me parece una solución válida para mejorar una parte de ti que no te agrada. Pero la imagen de esta madre y su mueca escalofriante no salían de mi memoria. Me parece increíble, que como ella, hay tantas mujeres que obsesionadas con arreglar cada centímetro de su cuerpo, que pierden por completo la noción de belleza. ¿Cómo esa mujer puede verse al espejo y no sentirse una persona diferente a la que era antes de tantas operaciones?, no creo que desde siempre haya tenido los pómulos tan abultados, y las cejas tan arqueadas, y la cara tan templada. ¿En qué momento habrá cruzado esa línea en donde dejo de ser la mujer que era antes? Una mujer que supongo se veía natural, no un mal remedo de muñeca Barbie, no por lo linda, sino por lo plástica.

Pero bueno, al fin y al cabo estoy viendo la belleza desde mis ojos. Tal vez esa mujer sí se considere hermosa después de tantas intervenciones. No soy nadie para juzgarla a ella, ni a Carolina por hacerse una cirugía que según yo no necesitaba. La belleza es algo subjetivo y lo que para mí es el ideal de belleza, tal vez no lo sea para la niña nariz perfecta, o para su madre, o para Carolina. Creo que después de todo, más allá que ser bello o no serlo, todo depende de cómo te sientas tú con lo que tienes, después de todo habrá mil personas más viéndolo con otros ojos.
Hay un corazón

Por: Diana Polo Ospino
Por: Diana Polo Ospino.
Barranquilla es una ciudad pequeña buscando expandirse, y no es de dudar que poco a poco escale un peldaño en la consecución de su objetivo; o por lo menos el de la administración de turno. Cada día hay más edificios, conjuntos residenciales y centros comerciales arquitectónicamente parecidos, o podría decirse que casi iguales. Blancos ó de ladrillos, vidrios azules, pastos iguales ó ausencia de ellos lo cual es peor. Ir en un carro manejando por Barranquilla ó salir a caminar por Barranquilla es un ejercicio de viajar en el tiempo. Si miras con detalle, si te detienes en cada pared, acera, casa ó árbol hay un rincón de la memoria, entre líneas, y olvidado.
El corazón de la ciudad, es decir la plaza de san Nicolás, antiguo epicentro de la puerta de oro de Colombia es hoy en día un collage que raya en el exceso de las cosas que todas juntas carecen de orden, no tienen lugar, ni cabida en otra parte que no sea el centro de una ciudad latinoamericana. Alrededor de la plaza de San Nicolás, en el paseo Bolívar hubo una válida iniciativa de reconstrucción de las calles, convirtiendo un pequeño pedazo del también conocido como Camellón Abello, en una isla donde se puede caminar, con unos cuantos arboles flacos en el medio, y como corona una estatua de Simón Bolívar poéticamente expresando el patriotismo de las batallas de nuestros antepasados. Enfrente el edificio de la Caja Agraria, eje de más de una discusión entre las tantas de nuestra ciudad, por feo ó por inútil.
Los barranquillero expertos en invasión del espacio público han hecho del centro un condumio de jaurías de perros, hermosas casas coloniales a punto de caerse “ofreciendo posada” en condiciones insalubres. Pitos de carros, pitos de camiones, bicicletas, bicitaxis, burrotaxis, gente a pie ó en el piso. El centro de mi ciudad es sucio, sobrepoblado, feo y hermoso. ¿Cómo algo puede ser feo y hermoso al mismo tiempo? Si es posible tal cosa, en el centro de Barranquilla pasa, o por lo menos para mí.
Hace una semana me perdí en el centro con una amiga. Estabamos buscando una empresa distribuidora de bebidas en la Murillo. Decidimos irnos por la ciudad por lo cual vivimos 3 horas encerradas en un carro que tenía una lata gigante en el techo con el logotipo de redbull. En cada esquina nos gritaban que si teníamos alas porque nos quedábamos atrancadas en los trancones, nos pedían de la bebida energizante ó simplemente en un murmullo ininteligible proferían las típicas obscenidades del macho Caribe. Bajando por el barrio Boston y pasando por la Victoria las fachadas y las formas de las casas eran cada vez más achatadas, para luego encontrarnos con un casón en una esquina, fastuoso, de paredes blanco hueso y acabados perfectos. Al lado de esta casa, una tienda con música “a todo timbal”, un par de borrachos y una mujer embarazada, con dos niños colgados de los brazos. Su mirada ausente enfocada en la calle. Había calor de lluvia y el cielo estaba gris.
Al poco tiempo empieza a llover y mi amiga y yo estamos ahora perdidas entre autopistas. Nos sentimos un poco tontas porque ya salimos de las calles enredadas, y dos autopistas sin fin y pobre señalización nos atribulan, como si nos encontráramos en una ciudad extraña, y no en aquella donde vivimos nuestras pequeñeces, estudiamos para en un futuro producir y disfrutamos del sol, a veces quejándonos del calor y a veces agradeciendo la cercanía con el mar. Después de manejar 3 horas, encontramos nuestro destino; una de esas empresas de fea fachada que parecen pequeñas casas por fuera, pero tienen grandes bodegas por dentro. Hacemos lo que tenemos que hacer, y ya con el cielo sin sol y los vidrios del carro mojados nos disponemos a adentrarnos de nuevo en el centro; ya no con el fogaje de la tarde sino con el halo grisáceo de la noche que se avecina y que trae consigo una ciudad completamente diferente. Las paredes rojas y azules de los negocios ya no brillan, son pálidas. La basura se nota más, la gente se ve más amargada, los bombillos amarillos brillan alumbrando mesas de madera con patas desiguales. En el centro de mi ciudad sigue habiendo un corazón, lo veo y lo siento en las paredes de pintura desteñida, donde décadas atrás vivió la gente prestante, que ahora igual que yo, se asoma por aquí por error u obligación.

cronica por Alexandra Oliveros

Belleza
Alexandra Oliveros
Periodismo IV

Podemos escribir sobre belleza miles de cosas, cosas que tal vez para unos sean bellas realmente y que para otros de pronto no.
Luego de 9 meses de espera por fin llega el día. El 13 de agosto los gritos y el dolor se únen parece mentira que después de tantas incomodidades y malestares ésto sea lo que de paso a la alegría mas grande que puede tener una mujer, sí el ser madre. Es ése momento en que una mujer vive con intensidad cada momento que representará una vida llena de alegrias, satisfacciones pero también llena de sacrificios y dolor, es cierto que nada en la vida es perfecto, pero de eso se trata hacerlo parecer perfecto y saber seguir con lo que esto implica.
Cada etapa de la vida viene con su propio reto y los hijos aveces no estamos suficientemente preparado para asumir ése duelo. Es donde fallamos en nuestros intentos y nos duele pero le duele más a nuestras madres que son las que nos ven caer y aveces no levantarnos.
Nací hace exactamente 18 años y 8 meses, en ése tiempo no sabía lo que era la vida y mucho menos como mantenerme en pie durante los años que iba a vivir al pasar el tiempo poco a poco fui aclarando mis metas y el camino se hacía cada vez más claro. Han sido muchas las experiencias vividas y muchos los momentos en los que me he rendido y pienso que no podré seguir pero mi mamá llega en ese preciso instante en que pienso que no lo podré lograr y me hace sentir capaz no se la verdad cómo hace para llegar justo en el momento en el que mas la necesito, pero está justo ahí, es que sea lo que sea yo no puedo sentir más de lo que ella siente por mi y por lo que me pasa.
El tiempo ha pasado y las arrugas hablan de la experiencia que ella tiene y me quiere enseñar para no cometer los mismos errores y a la vez me indíca el camino que debo tomar cuando no se que debo hacer.
No sólo es mi mamá, son las miles de madres que sienten por sus hijos y que siempre le dan gracias a Dios por ser madres. Son experiencias que no son fáciles de describir y emociones que no son sencillas para explicar.



Pero es así el amor en éste caso es mútuo e inmedible, en momentos no damos nada y nos dan hasta lo que menos pensamos es ahí en que la belleza de los sentimientos se reflejan en todo lo que hacemos.
En las tardes cuando el sol se está ocultando y la brisa es más fría, suelo tener esas largar conversaciones con mi mamá, mientras hablamos de todo lo que hicimos en el día, nos reímos y recordamos viejas anegdotas es cómo si nos únieramos en un mismo sentir, el de madre e hija.
Los abrazos, los momentos compratidos la intensidad de cada momento refleja lo se ha construido en todo éste tiempo, las cosas malas también son parte de ésto.
La belleza no sólo hace parte del físico de una mujer, en éste caso consiste el una demostración de la que casi habla no por temor ni mucho menos, sólo que tal vez esto no tenga tanta relevancia en una persona como en mí.

tercer parcial cronica

EN 10 AÑOS DE LA PANELA A LA MORA
Por Silvana Orozco
La belleza de artefactos como un computador o un Blackberry[1] no está sólo en lo sofisticado de sus diseños o en su capacidad de acortar distancias. Aquí lo realmente divino es el hecho de permitir que este tipo de tecnologías se adentren en espacios a los que antes ningún otro medio hubiera tenido protagonismo.
Hace 10 años podíamos ver en las manos de muy pocas personas un Nokia 5120 mejor conocido en la jerga costeña como “la panela” o “el peñón”. Todo esto teniendo en cuenta su peso, incomodidad, nada de ring tones polifónicos y ni qué decir de las pantallas a color, eso aún en esos tiempos era un sueño, igual que el Internet y por lo menos un computador portátil en cada casa.
Inicialmente contábamos sobre tecnologías con poder, hace unos el mundo conoció Google, el monstruo de los buscadores, inicialmente muy útil para ayudar a los niños en el colegio, actualmente sirve hasta para buscar la hoja de vida de personajes que no tienen una vida pública muy activa pero al “Googlear”[2] su nombre puedes tener en cuestión de segundos la información laboral de esas personas.
Luego del nacimiento de Google, teníamos que ver otro tipo de páginas interactivas, que nos permitían a los miembros de las nuevas generaciones y a los padres más modernos la publicación de status, de fotografías y de otro tipo de cosas que al final se han convertido en necesidades. De estas páginas podemos recordar a Youtube como el poderoso de los videos, Facebook como la red social más influyente seguida de Twitter que ha resultado útil para la publicación de los estados de ánimo de sus usuarios.
Finalmente una de las últimas creaciones y evolución ultima del teléfono celular ha sido el famoso Blackberry que traduce al español la palabra Mora, hasta hace poco era usado sólo por algunos y hoy en día la población de clase media y alta del mundo tiene acceso al mismo y por ende a cada una de las redes sociales mencionadas inicialmente. Entonces en 10 años pasamos por un Nokia 5125 al 1100 o “sisben”, luego surgieron otras evoluciones con ring tones bastante creativos, con cámaras primero tipo VGA y luego ya se hablaba de Megapixeles.
En el 2010 las redes sociales permiten un constante intercambio de pensamientos y opiniones a personas que tal vez nunca habían expresado abiertamente su posición acerca de cualquier tema. En este caso en Colombia hemos visto el poder que se tiene con el acceso a estas tecnologías por el tema de moda. Las elecciones a presidencia y por supuesto el rey de la red y el primero en las encuestas: Anthanas Mockus.
La primera manifestación de poder de estas tecnologías, o en el caso de este escrito, de la belleza cautivadora de las TICs, fueron las marchas de protesta que se hicieron en contra de la violencia el 4 de marzo de 2008. La convocatoria se hizo a través de Facebook y alrededor de Colombia y otros países se llevo a cabo uno de los eventos más concurridos de la historia.
En la actualidad muchos personajes reconocen el poder que se tiene con páginas como esta, incluso lo hacen actores públicos, entre estos, dirigentes políticos como la senadora Piedad Córdoba que mantiene una estrecha relación con su página de Twitter. Juanes es uno de los artistas colombianos con mayor uso de las redes sociales. Y el personaje de moda Anthanas Mockus, quien debe su popularidad y su resurgimiento en las encuestas a su activa participación en Facebook.
Eventos como liberaciones de secuestrados, marchas a favor o en contra de políticos, reuniones de los simpatizantes de cualquier campaña política. Inicialmente se ponen cita cambiando el status del perfil y posteriormente se materializa la idea, en los días posteriores al evento se publican las respectivas fotos, seguidas de los comentarios a las mismas y los planes de volverse a reunir.
Hace 20 años o más, era necesario esperar horas para conocer una noticia, ahora sólo se necesita actualizar la página web para que las últimas modificaciones del sitio de internet se muestren en la pantalla del computador. Esto se debe a que los canales de televisión, los periódicos y las estaciones de radio además de manejar su página oficial de internet, tienen su perfil en las distintas redes sociales para mantener a sus usuarios informados todo el tiempo.
Las actualizaciones de las noticias además de poseer más texto y testimonios, ofrecen videos, fotografías y no precisamente de los periodistas contratados, sino de personas que se convirtieron en reporteros improvisados gracias al celular o la cámara que tenían en sus manos en el momento de la noticia.
Lo que hace que las redes sociales sean tan seductoras, además de toda la distracción que ofrecen es la interacción que permiten en sus usuarios que al ver publicado cualquier tipo de información pueden comentar al respecto y crear polémicas en un pequeño cuadrito que se habilita debajo de la notificación. Y para las personas que no tienen mucho tiempo para hacer parte de estas tertulias virtuales también hay una opción para expresarse, sólo deben hacer click en el ícono “Me Gusta”.
Volviendo al tema político de Colombia, hasta hace unas semanas Mockus solo era aquel profesor que se bajo los pantalones y que decidió lanzarse a la presidencia. Un día como hoy además de conocerse su enfermedad neurológica mejor conocida como Alzheimer, es el más accionado para ser el nuevo presidente. Inmediatamente al conocerse noticias como esta, millones de usuarios de redes sociales acuden a estas páginas para opinar al respecto.
No cabe duda que la belleza de una democracia lucida a través de los atributos tecnológicos tiene el poder de coquetear hasta el más sumiso de los usuarios, entendiendo a estos últimos como usuarios poco adictos a las redes, pero que de todas maneras lo tienen.
En el 2002 época en que Uribe fue elegido por primera vez como presidente de la República, se veían afiches, volantes con el slogan el nombre y la foto de dicho personaje con la mirada en el horizonte y la mano en el pecho. Hoy en las elecciones de 2010 época en la que Uribe deja el poder. Además de conservar los materiales de hace ocho años se sumaron vallas enormes, propagandas llamativas y sobre todo perfiles en redes sociales y hasta mensajes de texto en el celular. ¡Vaya como hemos avanzado!
[1] Marca de teléfonos celulares, traducido al español como Mora.
[2] Se ha considerado introducir este verbo en el diccionario de la lengua española, para hacer alusión a la búsqueda de cualquier información en Google el mayor Buscador de Internet. ya ha sido admitido como verbo, "to google", en el diccionario Merrian-Webster Collegiate.

Encontré un espacio de paz

Encontré un espacio de paz


Por: Melanie Borge Carrillo



Desde muy pequeña, siempre me ha gustado mirar a las nubes. Solía pensar en cómo sería caminar sobre ellas y me imaginaba acostada entre los blancos algodones. Creía que existía una especie de reino sobre ellas…
Hace unos minutos, me quedé estancada en el tiempo… con mirada fija pero a la vez calmada hacia la nada, una respiración profunda e imaginándome en medio de ríos y cascadas de aguas cristalinas, pequeños pájaros volando sobre los rayos de luz que se reflejan desde el Sol, escuchándose su sonido, el del agua y el viento… mientras verdes y altas plantas, flores llenas de color y los más rojos frutos adornan alrededor.
Este es uno de los paisajes con los que siempre he soñado, y con el que precisamente soñé hace contados minutos. La realidad es que me inspira, me llena y me hace apreciar lo bello que es la vida tan sólo con saber que espacios como este existen.

El mundo está lleno de espacios de esta especie. Y existen para todos los gustos. Están desde las más extensas playas de blanca arena con caracoles esperando a ser recogidos, cubiertas por olas de aguas azules de tono turquesa, palmeras brindando su sombra y un Sol ocultándose entre nubes color púrpura con destellos de color naranja.

En los fríos páramos, se encuentran paisajes de montañas grises y blancas cubiertas por la nieve, rodeadas de altos y tupidos pinos, que se reflejan en un lago de cristal. Y en densas junglas de los trópicos, los sonidos de tucanes, ranas, demás pájaros y serpientes se escuchan entre los gigantes árboles de extensa madera.

Hace aproximadamente un año, me encontré en una especie de punto de paz: en uno de estos espacios donde se me olvidó todo por un momento, y simplemente me quedé conectada con lo que estaba viviendo.

Llegué en horas de la tarde a una colina donde se podía ver el mar de fondo. Se veía bastante azul con reflejos plateados e intensos. El cielo, era de un azul más bello. Casas se divisaban en colinas lejanas y podía ver pequeñas personas, como del tamaño de una hormiga, caminando por la orilla de la playa.

Estaba con 2 de mis hermanas, Jessica y Melissa, y Shawn, el novio de esta última. Particularmente este norteamericano, oriundo de Michigan, tiene cierta afinación por los deportes extremos. Practica desde snowboarding hasta paracaidismo. Precisamente, de él surgió la idea de bajar por esa inclinada, larga y casi infinita colina por un camino que para mí, resultaba ser extremadamente estrecho. No sólo se trataba de la estrechez de dicho camino, sino también de la distancia tan corta a la que se encontraba del abismo.

La arena era ligera, amarilla y arcillosa. Era como una especie de polvillo desmenuzado que manchaba los zapatos y la ropa. Las suelas de mis zapatos no aguantaban mis tropiezos ni mis pasos, así que resbalé varias veces. El susto era tremendo. Mi temor por las alturas jamás se había sentido tan latente.

Resolví por bajar este risco agachada y muchas veces sentada, pidiéndole a Dios que me protegiera como siempre lo ha hecho.

Luego de aproximadamente unos 20 difíciles minutos, que para mi fueron eternos, llegamos hasta ese lugar en el cual por unos momentos me encontré conmigo misma, conectada a ese lugar.

Eran unas grandes rocas, con pequeños seres vivos entre ellas. Las olas chocaban contra estas enormes estructuras naturales y sus aguas se vertían dentro de sus ranuras, reencontrándose después con su punto de partida.

Las observé por un momento… y luego vi el mar. Creo que jamás me había sentido tan premiada de ver sus aguas tan cerca. Me sentí como en un lugar único, al que difícilmente cualquier otra persona puede llegar. Era como una especie de península que ofrecía aquella montaña. Aparte de la colina, sólo había agua alrededor.

Me senté en una roca, tomé algunas fotos, luego mis hermanas también… miré hacia el cielo y se vislumbraba un intenso Sol, con sus rayos dándole brillo a cualquier cosa existente. Cerré los ojos mientras sentía el viento correr por mi rostro y mis cabellos. Sonreí.
Sentí paz… creo que mis hermanas me dijeron algo en ese momento, pero no presté atención. Sólo quería vivir ese momento, respirar profundo, mirar a lo lejos y sentir la Creación de Dios.

Estas son las cosas que nosotros como seres humanos necesitamos a diario: respirar un poco de aire fresco mientras se vive un ambiente puro y bello. La fuerza que tiene un espacio natural, es extremadamente poderosa. Si viviéramos entre jardines de rosas y árboles frondosos, nuestras penas y estrés se disminuirían al regresar del trabajo con tal sólo ver tan pintoresco paisaje aguardando por nosotros.
Muchas personas no aprecian la naturaleza precisamente por eso, porque no viven o nunca han vivido una experiencia con ella, como yo la viví. Es simplemente sentir todo eso que puede ofrecer, para así comprender toda su belleza y plenitud.

Lo bello de la naturaleza llega a ser entonces una especie de magia que nos envuelve y nos hace renovarnos por dentro. Lo verde, las aguas cristalinas, las estrellas, los pájaros volando sobre un río azul, las gotas de un rocío rodando sobre pétalos de vibrantes pero a la vez apacibles flores y los animales recién nacidos brindándonos su mirada llena de toda ternura… simplemente nos llenan de espíritu y nos conectan con ese Ser único e irrepetible. Mirar, sentir y apreciar la naturaleza, es ver, sentir y apreciar la obra maestra de Dios.

“Y fueron 5 Che”



“Y fueron 5 Che”

Minutos antes del pitazo inicial, la fiesta que se vivía en las tribunas del Monumental de Núñez, aquel 5 de Septiembre de 1993 era inigualable. Cerca de más de 45 mil espectadores Argentinos unidos a una sola bandera y alentando con mucha emoción a su selección. Entre los espectadores solo se escuchaban comentarios de la supremacía de su selección y asegurando que la celeste le iba a pintar la cara al Combinado tricolor, e iba asegurar su clasificación directa al mundial.

Hasta el más grande, Diego Armando Maradona declarando “La Historia no se puede cambiar, Colombia está aquí abajo y Argentina acá Arriba”.

Quizás una realidad histórica. Pero como dice un viejo refrán del fútbol, la realidad solo se demuestra en el terreno de juego.

A la salida de las selecciones, la fiesta del hincha argentino se hizo sentir, todos coreaban con mucho sentimiento propio, la cancha invadida de papelitos y un Monumental que se quería caer, mientras que del otro lado del túnel, se veían 11 camisetas amarillas a plagadas y arrinconadas en un pequeño sector de la cancha.

Y así fue. En los primeros minutos de juego se observaba a una desconocida selección cafetera, sin poder apropiarse de la pelota y manejar los ritmos del partido, el cual era su identidad de juego que había mostrado durante estas eliminatorias.

Pero hasta el minuto 20, donde Colombia logra recuperar un poco el balón, pero avanzaba muy poco y con mucho temor ante las peligrosas llegadas por parte de los delanteros Argentinos.

Hasta que en el minuto 41, en una pelota perdida en la mitad de la cancha y que fue a parar en los pies, de nada más ni nada menos, del cerebro de la tricolor “El Pibe”, en donde este eludió a un rival y envió un eficaz pase por el costado derecho a Rincón, el cual logra eludir al arquero Goicochea y definir. Consiguiendo el primer tanto Colombiano. Sorprendiendo a los presentes y así terminarían los primeros 45 minutos de juego.

Para el segundo tiempo la celeste salió a arrollar, con peligrosas llegadas por parte de su goleador Batistuta, pero que eran bien contraladas por nuestro buen arquero Oscar Córdoba.

Pero en tan solo 5 minutos en un pelotazo desde la mitad de la cancha enviado a Asprilla, el cuál logra bajar el balón, dentro del área, eludir al defensor gaucho e invocarla en el fondo de la red.

¡Increíblemente!. Quién se iba a imaginar que Colombia les iba ganando 2 goles a 0 a los campeones del Mundo en Buenos Aires.

Una selección Colombia engrandecida dentro del terreno de juego, no se desubicaba y conservaba su espectacular juego, Argentina intentaba pero se encontraba con una muralla en el fondo.

Con este excelente y exquisito juego, Colombia conseguiría el tercer tanto al minuto 28, por parte de Rincón, gol que enmudeció al bullicioso estadio Monumental. Y así 2 minutos después en el desespero de los gauchos, erraron un pase en el fondo, el cual fue tomado por el “Tino” y en una exquisita definición por encima del arquero le propina el cuarto gol para sentenciar el encuentro.

Sin ningún respeto la selección le tocaba el balón de una lado para otro, el público argentino bromeaba a su equipó cantándole el “ole” en cada pase colombiano.

Cinco minutos antes del final en ese hermoso toque, muestra y ejemplo de cómo se juega el fútbol, vino el quinto gol por parte de Adolfo el “tren” Valencia.

Una noche Histórica para el fútbol Colombiano, Humillando nada más ni nada menos que a los campeones del Mundo, en su campo. Clasificando automáticamente al Mundial del 94, mientras que la Argentina, con la derrota tuvo que pelear el repechaje contra Australia para ir al Mundial. La selección cafetera término aplaudida por los gauchos y hasta por el más grande que horas después de su declaración término aplaudiendo y admirando el hermoso fútbol que brindo la tricolor.

Palabras más palabras menos, la realidad solo se demuestra en el terreno de juego. Y hasta nuestro entonces, el fútbol Colombiano seguirá viviendo orgulloso de aquella tarde del 5 de septiembre de 1993, en donde el “Pibe”, Rincón, Asprilla, Leonel, el “Tren”, Wilson Pérez, entre otros astros del balompié colombiano, brindaron un exquisito plato futbolero, para lograr esta Azaña.

16 años después estás selecciones se han enfrentado en muchos partidos en donde la tricolor ha caído como local (1-2), (0-2), (1-3), etc. Pero los gauchos no han podido vengarse de aquellos 5 goles a domicilio, lo que hace que todavía podamos afirmar con orgullo. “Y fueron 5 che”.

Hafit Guerra T.

El milagro de la vida




Por: María Camila Martínez

Desde pequeño me satisfacía serle útil al prójimo, como tuve ejemplo en mi familia de mi padre que era médico, siempre le hacía preguntas de cómo le fue en la cirugía, qué hizo y para qué lo hizo. Cuando estudié mi secundaria comprendí que la carrera que podía estudiar sería medicina.
Durante mis estudios de medicina siempre me gustó el área quirúrgica y dentro de ésta la Gineco-Obstreticia, pues sentía mucho gozo al recibir nuevas vidas. Cada día me fui enamorando más de mi carrera y la satisfacción más grande, que lo describo como lo más bello que existe, es salvarle la vida a alguien, un buen diagnostico oportuno, una intervención quirúrgica oportuna (cesárea de urgencia) que salva a madre e hijo, ver la sonrisa de la madre cuando recibe a su bebé y la felicidad que irradian los familiares cercanos, todo eso es muy bello.
Cuando hacemos ecografías obstétricas, vemos un embrión y le colocamos el doppler para que la madre escuche los ruidos cardiacos en una criatura tan pequeña y de pocas semanas de evolución, ahí vemos la grandeza de Dios “El milagro de la vida”, eso es infinitamente bello y me da la impresión en ese momento al mirarle la cara a la mamá, que dijera mentalmente “que bondadoso es mi señor”. Es un momento muy mágico para la madre sobre todo si es la primera vez.
Cada día me siento más a gusto de mi profesión aunque no todo es color de rosa, en muchas ocasiones se trabaja bajo presión sobre todo en el área de cirugía, como cuando se está operando una cesárea de urgencia u otro tipo de cirugía ginecológica en donde esté en riesgo la vida de la paciente, pero cuando se hacen bien las cosas siempre queda la satisfacción del deber cumplido.
Recuerdo que en una ocasión estaba en el área de urgencia ginecológica de turno y a las cinco de la mañana llegó una paciente con un dolor intenso en el vientre y salida de líquidos por genitales (ruptura de fuente), ella no sabía cuántos meses tenía de embarazo porque no había asistido a ningún control prenatal.
Cuando la fui a examinar, expulsó un feto que por el tamaño podría creer que tenía unos cinco meses, en esas circunstancias tenía pocas posibilidades de vida, sin embargo protegí al bebé y lo llevé corriendo a la unidad de cuidados intensivos neonatales en donde una pediatra lo recibió, lo reanimó y cuando lo examinó bien me dijo que tenía como siete meses de edad y que lo que presentaba era una desnutrición que traía el bebé dentro del útero; esta situación era entendible porque la madre del bebé estaba desnutrida y era de un estrato socio económico muy bajo, además no se hizo controles prenatales.
Estaba sorprendido que luego de unas horas el bebé estaba respondiendo positivamente y nunca necesitó de intubación. Sólo, fue progresando con incubadora y con los sueros que le aplicaban las enfermeras.
Mirar a este bebé, causaba mucha admiración porque nació con un peso de solo 580g, es decir un peso muy bajo para el tiempo de nacer, duró hospitalizado unos cuarenta días mientras alcanzaba unos 900g, al cabo del cual fue entregado a su madre. Esto fue muy satisfactorio para todo el equipo de trabajo.
Todos los días, atiendo a mujeres de todo tipo de clase que además de buscar ayuda y revisiones para control, buscan confianza y lealtad por parte del médico que las atiende, porque lo dejan todo a nuestras manos. Es así, como mi lugar de trabajo deja de convertirse en el sólo hecho de un escritorio con un computador, al lado de una camilla donde se acuestan muchas mujeres que llevan en su vientre la semilla de una nueva vida, a volverse un lugar lleno de esperanzas y buenos deseos, buscando no sólo ayuda física sino emocional; pues muchas de éstas no han terminado su etapa de niñez cuando ya llevan un niño en sus entrañas, convirtiéndose en un embarazo no deseado para ellas, y es en ese momento donde entra el papel espiritual de nuestra parte, que es darle ánimo para que tomen esa criatura como un bendición para sus vidas más no como un encarte, como muchas lo expresan o llegan a pensar.
Por otro lado, llegan mujeres con las mejores expectativas y ansias por saber si la criatura que llevan en su vientre es una niña o un niño, que se convertirá en el nuevo miembro de la familia y la felicidad de sus hogares.
Cada experiencia enriquece mi vida y me ayuda a entender, cada vez más, en el rostro de cada madre sonriéndole a su bebé que acaba de nacer, que la vida es lo más bello que tiene el ser humano y es por eso que nadie tiene derecho a quitársela a un ser que ni siquiera ha nacido para darle la oportunidad de crecer en nuestro mundo.
El amor de familia
Daniel tiene 12 años. Cuando llega a su casa, después del colegio, a la hora de almorzar en familia, se encuentra un tanto solo, pues ese día como todos los demás, su padre no está en la casa y su madre se dispone a arreglarse para irse de nuevo a su segunda jornada de trabajo. Al cruzar la puerta, antes de irse al trabajo, solo se escuchan las mismas palabras de siempre:
“¡Daniel! hijo, la comida está servida, tengo que salir corriendo voy tarde a trabajar”
Esta ocupada mujer le ha dejado a su hijo todo en orden para que se siente solo en la mesa. Ante esta situación, a Daniel no le queda más remedio que sentarse a comer y encender la televisión, que en este caso es su única compañía. Ocupa todo su tiempo viendo televisión esperando a que sean las ocho de la noche para ver a sus padres.
Sin duda alguna el caso de esta familia es usual en muchas otras del mundo, que sin darse cuenta, dejan pasar inadvertido uno de los espacios más importantes de comunicación entre padres e hijos olvidando que este es uno de los causantes y generadores de dificultades en las familias.
¿Cómo darse cuenta de lo que les ha pasado a los hijos durante el día?, Si cumplen con sus labores o no, ¿hay alguien que los vigile? Sin duda cuando los hijos como Daniel llegan a sus casas esperan encontrarse seguros, valorados, protegidos, acogidos. Sin embargo, si ellos no tienen esta sensación ni en sus propios hogares ¿Cómo exigirles respeto o buen comportamiento? Los hijos necesitan dedicación bien sea por parte del padre, la madre o ambos para su crecimiento personal.
Estamos ante una cultura de la ley del mínimo esfuerzo, en donde el facilismo se convierte en protagonista y si así se están educando a los niños que esperar de los adultos del futuro; niños educados por la televisión, los videojuegos, haciéndose amigos de la tecnología y enemigos de los valores familiares.
Es complicado mantener un equilibrio entre la vida laboral y la vida en familia pero no es imposible de conseguir, es cuestión de sacar un tiempo para las prioridades en la casa como son los hijos para después dedicarse de lleno al trabajo sin sobrepasar límites de tiempo.
Mientras Daniel almuerza solo en su casa, Juan Carlos es atendido por su madre, quien trabaja como secretaria y tiene hora de entrada y salida en la oficina, pero es muy puntual, está en la casa a la espera de su hijo para acompañarlo a almorzar y dejarlo preparado para hacer las tareas. No es imposible encontrar un punto equilibrado para cumplir con cada una de las labores y más si se trata de sacarle tiempo a educar y mantener hábitos de costumbres en el núcleo del hogar.
No se trata de un plato de comida que alguien coma solo, se trata de mantener viva las costumbres que desde los ancestros hasta hoy pocas familias las mantiene vivas. Comer juntos en la mesa, hacer tareas con los padres, salir en familia, orar antes de salir y muchos otros comportamientos son parte del manual de convivencia de un hogar para fomentar la unión y el crecimiento personal de cada miembro de una familia, pues no hay nada más hermoso que el amor de familia.

JANNIA ALVARADO